Un inversionista que sigue manteniendo grandes cantidades de una moneda o token específico, independientemente de su desempeño.
Hay varias razones potenciales para esto. Lo más simple es que el inversor cree que la ganancia potencial a largo plazo superará cualquier pérdida inmediata. Alternativamente, pueden estar laborando bajo la falacia del costo hundido.
Las noticias sobre las fluctuaciones de precios suelen ir acompañadas de enormes picos en la inversión criptográfica por parte de personas que no tienen experiencia previa en esta clase de activos. Inevitablemente, muchos de estos inversionistas vuelven a perder interés con el tiempo, especialmente si su inversión no fue grande.
El Bagholding da sus frutos en algunos casos. Ha habido muchas historias de inversores primerizos que compraron Bitcoin hace muchos años, se olvidaron de ello y luego descubrieron que estaban sentados en cientos de miles de dólares, y a veces incluso millones.
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