El consenso se logra cuando todos los participantes de la red acuerdan el orden y el contenido de los bloques en la cadena de bloques.
En sistemas organizados
centralmente, todas las decisiones son tomadas por un solo centro de autoridad. Por ejemplo, todas las empresas usan un libro de
contabilidad centralizado para registrar todas las transacciones económicas en las que se involucra la empresa. Este libro es administrado tradicionalmente por el departamento de contabilidad, que es la única entidad encargada de mantener y actualizar las entradas.
Por otro lado, en los sistemas
descentralizados, que están compuestos por una multitud de actores distribuidos e independientes con niveles iguales o similares de autoridad sobre el resto de la red, las decisiones se toman colectivamente.
Blockchain, que en esencia es un
libro mayor distribuido de transacciones, es actualizado por
mineros individuales sin autoridad central para proporcionar supervisión y garantizar la exactitud de las entradas.
Por lo tanto, surge la necesidad de un
consenso sobre el estado preciso de la red en un momento dado. Lograr este consenso entre numerosos nodos que intentan cooperar de forma remota es una tarea no trivial, especialmente cuando se ve exacerbada por el probable escenario de un número desconocido de nodos que funcionan mal o actúan deliberadamente contra los intereses de la red, como lo demuestran los
problemas de los generales bizantinos.
Bitcoin (
BTC), Ethereum (
ETH) y otras
criptomonedas emplean soluciones técnicas como los algoritmos de
prueba de trabajo y
prueba de participación para garantizar el consenso de la red sobre qué transacciones exactas tuvieron lugar y cuándo se pueden mantener sin depender de la aplicación central de las reglas.